Conejos.
Los conejos llevan con nosotros siglos, siendo una de las especies de mamíferos más extendida. Al ser animales que conviven muy bien con los humanos, son agradables, bonitos y además no suponen un riesgo para las personas, se empezó a generalizar sobre todo en Estados Unidos o Dinamarca tener uno de estos animales como mascotas, ya que no suponían demasiados cuidados, ya que eran fáciles de cuidar, necesitaban poco espacio y no tenían que sacarse a la calle diariamente. Todo esto y otros factores han hecho que cada día más personas se decanten por ese tipo de mascotas y no por otra.
Los conejos son mamíferos roedores, es decir comparten grupo con animales como el castor, la ardilla, o la rata, entre otros, por lo que una de sus características principales es que va a tener unos incisivos bastante grandes, que utilizará para roer el alimento u otro tipo de materiales. Por otro lado también identificaremos a un conejo por otra de sus partes más importantes: las orejas. Las orejas de los conejos son bastante grandes, saliendo de la parte superior de sus cabezas y pudiendo llegar a medir más de la mitad de la longitud de su cabeza.
El resto del cuerpo suele ser redondeado, con unas patas traseras mucho mayores que las delanteras, las cuales le van a ayudar a ponerse en pie para llegar a frutos que se encuentren a mayor altura, o para impulsarse cuando está corriendo o va a saltar. Otra de sus características es su pequeña cola, la cual parece un pompón.
Son animales muy cariñosos y sociables.
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